¿Cómo reunir hoy leños sin sonrojo? Subo con pudor hasta casa la cesta de mimbre cargada de encina. Tiritan los dedos al raspar la cerilla. Nadie debiera temer al invierno, nadie verse privado del elemental confort de la calefacción, de la magia del fuego. Con nuestras manos privilegiadas frotándose y calentándose junto a la llama, nuestro corazón sigue clamando silente para que se acabe, de una vez por todas, esa maldita guerra. Los dictadores creen poder pulsar impunemente el "off" de interruptores lejanos. No visualizan aún su futuro tañer de dientes. Otro inviernos lejanos y duros, tornan más que nunca nuestro propio invierno. Artaza 18 de Noviembre de 2020 |
|
|
|